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Una historia sorprendente que involucra al legendario guitarrista Eddie Van Halen y al vocalista de Limp Bizkit, Fred Durst, ha salido a la luz gracias al libro “212 Days and Nights with the Genius of Eddie Van Halen”. El fotógrafo Andrew Bennett relata sus experiencias filmando y fotografiando a Van Halen y su banda entre 2004 y 2006, revelando un episodio extravagante que tuvo lugar durante ese período.
La narrativa se desarrolla poco después de la salida de Wes Borland de Limp Bizkit, cuando el guitarrista se encontró con Durst en una fiesta. Un ejecutivo de la industria musical les sugirió colaborar, y así fue como terminaron ensayando juntos en una casa en Beverly Hills. Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando Van Halen abandonó abruptamente la sesión después de que se comenzara a fumar marihuana, dejando todo su equipo detrás.
Al día siguiente, Eddie Van Halen intentó recuperar sus pertenencias, pero tras un día sin obtener noticias, apareció en la casa de Beverly Hills de una manera única. Según el relato del libro, Van Halen estacionó su automóvil en el jardín delantero de la casa, salió sin camisa, con el pelo recogido en un moño Samurai, jeans sujetos con una cuerda y botas de combate unidas con cinta adhesiva. Lo más llamativo: llevaba una pistola en la mano.
La historia alcanza su punto álgido cuando Eddie puso el arma en la cabeza de Durst, exigiéndole que le devolviera sus amplificadores y guitarras. Hasta el momento, ni Eddie Van Halen ni Fred Durst han confirmado o desmentido esta inusual anécdota, dejando a los fanáticos sumidos en la incertidumbre.
La historia, aunque surrealista, permanece como una fascinante anécdota en la historia del rock, recordando al genio de la guitarra, Eddie Van Halen, de una manera inesperada y única.